Formó parte de un venerado estandarte
al sistema del enema para el cual fue un problema
con el complejo de un conejo sobrio
escarbando aquí y allá con sus extremidades.
Y en sus ojos rojos se arrancaba los despojos
en enojo bajo llave en el cerrojo
en la puerta muerta sin dar aviso
a lo que una vez llamó lucidez.
Un Lucifer vestido de novia muerde su sinhueso
candil fluorescente sobre una carta urgente,
y su madre corrió por el templo sin una ilusión
mas que derramar su sombra por el precipicio latente.
Las imágenes que sonorizamos van de la mano
se mezclarán en portentos a basiliscos en brama
yo sé morir de alguna forma incoherente
pero me falto conocer como llorar en el drama.
Sobresalio un dorso mecánico sobre la arena
en onomatopeya sangrante regaló una sonrisa,
lo sardónico del suceso apestará mis dudas y mi condena
los grilletes y cadenas que se van con la brisa.
miércoles, 26 de agosto de 2009
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